14 de junio de 2006

Perspectivas



Perspectivas; puntos de vista; posiciones; encuadres... da igual como lo llamemos, el hecho es que dependiendo de nuestra situación, del lado desde el que vemos la realidad, el mundo es percibido de una forma u otra. El ojo es engañado, la mente intenta agarrarse a lo conocido, a lo visto en otra parte. Sin un contexto adecuado en el que situar aquello que vemos o sentimos, la naturaleza nos puede dar gato por liebre.

Un ejemplo es esta foto. ¿Qué demonios representa? Quien sepa Astronomía lo sabrá (o, al menos, lo intuirá), pero para quien ve un objeto así por vez primera, es posible que ande perdido un buen rato.

Tiene cierto parecido a un cometa, por su forma alargada y brillo elevado, aunque esa franja negra que lo atraviesa es un poco desconcertante. Es un cometa raro. No, lo más seguro es que no lo sea. Olvidémoslo.
¿Una nebulosa? Puede, pero esa disposición del gas, tan plana y delimitada en un espacio fuertemente definido, también crea inseguridad. Las nebulosas, zonas donde nacen las estrellas, tienden a formarse como figuras algodonadas, por los intensos vientos estelares que les rodean, expulsados por esos recién nacidos astros. Una forma tan estilizada no concuerda con casi ninguna de las nebulosas convencionales.
Tal vez se trate de algún objeto exótico, inhabitual en el casi infinito tapiz del espacio-tiempo. ¿Una especie de ráfaga de gas y polvo en movimiento, como una afiliada lanza gaseosa que atraviesa el Universo, hacia una dirección desconocida? No, demasiado imaginativo, demasiado improbable.

La solución la tenemos cuando pensamos, primero, en cómo ha sido tomado la fotografía: la ha obtenido el telescopio Espacial Hubble. Primera pista. Además, representa un objeto extragaláctico (pero situado en las cercanías: 44 millones de años luz). Segunda pista. Y, tercera, se halla inmersa en un enorme y disperso cúmulo de galaxias en la constelación de Dragón.

Es decir, que es una galaxia. Pero, ¿cómo puede ser, cómo es posible que veamos así una galaxia? Pues gracias a la perspectiva, es decir, a la posición de esta galaxia (NGC 5866) en relación con nuestra línea de visión. Hemos tenido la suerte de observar este torbellino galáctico mostrándonos su perfil, su plano, su cuerpo repleto de estrellas y extremadamente delgado. En la mayoría de otros casos, las galaxias se observan con un ángulo de visión más abierto, que permite apreciar mejor su forma y sus brazos espirales (caso de tenerlos). Cuando vemos el brazo de gas que traza nuestra Vía Láctea en las noches de verano, también vemos una galaxia (la nuestra) de perfil, sólo que como estamos inmersos en ella se nos revela mucho más grande y con una forma más indefinida.

Todo es cuestión de perspectiva. En todos los ámbitos: en la vida diaria, en nuestro interior y allá arriba, más allá de la atmósfera de nuestro planeta azul.