14 de mayo de 2008

A vivir, por uno mismo



Decía Joseph Campbell que el privilegio de una vida es ser quien uno es. Entonces, ¿qué nos hace querer permanentemente ser otro, lograr lo que otros logran y actuar, hablar y hasta incluso sentir como lo hacen los demás, sobretodo si éstos rezuman fama, poder, o dinero (tres variables estrechamente ligadas)?

Por suerte no es mi caso. Quizá peque de arrogante y afectado, pero vivo tal cual quiero ser. No me quedo boquiabierto ante las hazañas deportivas, humanitarias, sociales o culturales de los demás, por muy elevadas y relevantes que éstas sean. No abrigo esperanzas de parecerme a nadie (no tengo ídolos... aunque quizá Thoreau y Hesse, por su literatura y formas de vida, me atraigan especialmente), en la adolescencia no llené de pósters mis paredes con melenudos rasgueando una guitarra eléctrica, ni con atletas dándole un puntapié a un balón. Ni siquiera entre los grandes pensadores, literatos o artistas, con quienes más congenio, he sentido el anhelo de la semblanza hacia sus personas.

Mi gurú, por mal que suene, nunca ha estado más allá de mi. Pese a mis infinitas carencias, cegueras, mis incapacidades y mis vergüenzas, aunque sepa que no poseo mucho de lo sublime, lo excelso y lo genial, que será bien poco lo que quedará para la posteridad o el retrato, pese a todo esto, digo, y para bien o para mal, mi héroe soy yo mismo.

4 comentarios:

M. Domínguez Senra dijo...

Mes dan ganas de releer a Hesse, que no lo leo desde hace mucho tiempo y de conocer a Thoreau. Discrepo con Campbell sólo en que además de un privilegio ser quien uno es debería ser un deber o algo parecido, sobre todo cuando tenemos todos los elementos para cumplirlo. Que algunas personas exploten su realización como modelo (y no como ejemplo de realización) es algo decepcionante. No sé si me explico.

Algunas temporadas difíciles de mi vida he buscado la compañía de un buen ejemplo, de alguien conocido cuya conducta me inspirase firmeza, paciencia y dignidad. Pero siempre he encontrado ejemplos cercanos y una virtud en concreto, no se me iba la cabeza a Gandhi o a Tracy Chapman. Siempre me ha ayudado esa pequeña "palanca" y a tí puedo decirte que muchas veces, aunque esté desanimada, lo que hago lo hago para que haya un ejemplo de quien yo soy y otros se atrevan a ser quienes son y no se pongan a sí mismos barreras.
Un saludo y buen día.

M. Domínguez Senra dijo...

Espero que por aquí no venga hoy un pitagorín de esos que hay en la blogosfera (que tienen el título universitario colgado en el fondo de su foto). Espero que no venga y vea todas las discordancias sintácticas y los horrores gramaticales en que he incurrido desde mi lento despertar. Porque lo que vale la pena es lo que dices tú.

elHermitaño dijo...

Muchas gracias por tus palabras, Marta, muy ciertas. Nuestra vida (la nuestra y la de los demás) debe ser, en efecto, un ejemplo, una alternativa, una posibilidad, pero nunca el molde de algo 'perfecto' a lo que los otros deben aspirar.

Cada cual medra a su manera; podemos escoger y elegir un poco de éste y algo más de aquél, pero siempre sabiendo que el mejor mentor lo llevamos dentro.

Un abrazo.

La gata sobre el tejado dijo...

Aprender de uno mismo, descubrise, descubrirnos en los otros, en sus acciones, en sus palabras.....
Descubrir que lo que no nos gusta del otro es algo que vemos en nosotros mismos y tampoco nos gusta.... Cambiar... mejorar como personas.... y seguir el camino que nosotros trazamos.... aunque a veces nos perdamos, aunque pensemos que estamos equivocados.... sigo el camino que mi corazon me marca.... me guia.... aunque soy tan despistada que hay veces en las que me equivoco de camino y me cuesta volver a encontrar mi mapa personal, de mi misma....

Creo que me liao...jajajajajajajaja....

Estoy contigo hermitaño... con todas nuestras imperfecciones nosotros mismos podemos ser el mejor gurú.... pero hay que estar muy dispuesto a ser sincero con uno mismo... y eso ha veces es dificil....

Un abrazo lindo....
Echo de menos tus escritos

Un beso precioso imperfecto