El tiempo muere a cada instante. No le des tu vida. Mata al tiempo. Cederá si te olvidas de él. No hay pasado mañana. El año próximo nunca existirá. La jubilación en el porvenir ahorca tu ahora. No mires más allá.
Mata también al monstruo que dice “debes” (John Campbell). Matar el “debes” será tu único deber. Deserta de toda obligación que venga del exterior. Reconoce sólo las tuyas, que te hagan crecer, autoafirmarte, ser tú mismo. Hártate y di “no” de una vez.
Destruye igualmente si es necesario todo lo que se haga por convención, acuerdo tácito o norma social. Si no haces daño ni importunas a nadie, a nadie le importa lo que hagas. Elige y actúa. Síguete, no secundes a nadie. Piénsalo y hazlo; los demás no cuentan. Escucha consejos, pero acota su influencia; determínala tú, siempre.
No oigas los sermones ajenos; crea los tuyos, hijos de la experiencia propia y del saber que se descubre paso a paso. La sabiduría, ya lo afirmó Platón, está en nuestro interior, adormecida, como aletargada. Hay que hacerla asomar, de nuevo. Pero depende de ti. No esperes una homilía salvadora, un discurso iluminador. No lo hay, salvo allá dentro, oculto, en la caverna de la vida. Ve y hállalo. Escúchate, y lo sabrás.
No pierdas la ocasión, porque puede que no haya otra nunca. Puede que todo enmudezca, y aunque escuches mil eones, nada oigas jamás, ni el menor sonido, ni la más exangüe señal de que hay algo existente allá dentro, muy al fondo. Que todo sea vacío, oscuridad, silencio, y agonía. Que esté todo perdido, entonces.
Puedes y sabes evitarlo. Confíate a ti mismo. Mírate, siéntete.
Y adelante.
(Imagen: El Hermitaño)
4 comentarios:
Caray, esta entrada sí que me ha llegado... Tiene algunos trozos que me han gustado especialmente, aunque toda ella destila de un sentimiento muy fuerte.
A pesar de que entre un poco en contradicción ("Escucha consejos, pero acota su influencia", cuando parece que nos está aconsejando), es un buen texto para pensar y reflexionar.
En resumen: me ha encantado.
Saludos.
Pues sí, Carlos, la contradicción es patente... pero se puede remediar afirmando que el único sermón que hay que escuchar es el que aboga por no escuchar sermones...;
Es la excepción que nos confirma, si no la regla, al menos sí la idea...:)
Un saludo y gracias por tus palabras.
Andaba yo hace unos días perdido por la red, en una de esas noches en las que cualquier cosa que puedas ponerte a hacer es mejor que acostarse. Me puse a dejar volar la imaginación y la memoria y, causalidades de la vida, buscando información sobre el Montdúver te he descubierto, Hermitaño. A ti y a tus blogs.
No me los he terminado. Más quisiera yo. De hecho, he hecho (valga la redundancia ;-) poco más que descubrirlos, y decirme a mí mismo que tengo que sacar tiempo de donde sea para degustar tranquilamente cada entrada, cada reflexión, cada bocanada de consciencia que emana de tus textos, y cada soplo de aire fresco que me transmiten muchas de las imágenes que dejas caer por aquí. Porque encima tengo que felicitarte por lo bien que escribes y reflejas tus ideas.
Además de tu amor por el medio natural, me ha animado a escribirte el saber que no vivimos muy lejos (yo en Llíria); así que, abierto como soy a conocer gente nueva, y adicto como soy a aprender, a estas alturas de mi vida creo que no me podría permitir el lujo de desechar a alguien como tú, o al menos hacer lo que esté en mi mano.
Será un placer interactuar, ya sea leyéndonos, tomando algo o incluso haciéndonos una excursión juntos. Me da que tienes mucho que enseñar(me). Me da que igual yo también puedo enseñarte algo.
Pero pase lo que pase, ya he llegado hasta aquí; y he de decir que ha sido un verdadero placer descubrirte, Hermitaño. Un abrazo :-)
Muchas gracias por tus palabras, compañero, bienvenido.
Ésta es tu casa (o sea, tu choza...). Quizá en alguna ocasión podamos charlar un buen rato en algún pico valenciano ¿por qué no..? Respecto a tu blog he visto variado y atractivo material, así que me lo anoto y, lentamente, iré paseándomelo por él...;)
Saludos y gracias de nuevo por la visita.
Publicar un comentario