3 de enero de 2014
Larga duración
Mi abuelo, 91 años, esta Nochebuena, dando vida a su 'Toscano'. Hasta hace un par de veranos aún nos ayudaba en el huerto. Siempre gastando bromas, siempre riendo, siempre con ese brillo pícaro y divertido en los ojos.
Siempre fue el primero en coger la azada, en ponerse manos a la obra... en decir "vamos a hacerlo". Pero también es el primero en sentarse a la mesa... en proclamar que no tiene hambre y, luego, termina hasta las migajas del plato de su señora... Y sigue comiendo pan con todo, sigue saboreando el vino... y el Toscano, el Toscano...
A veces, cuando voy a su casa a dormir, entra en mi cuarto, a las 4 de la mañana, y me ilumina con una linterna, para saber quién está ahí... Luego se marcha, me cierra la puerta, y al cabo de media hora, vuelve a hacer lo mismo. Me cabreo, pero nunca le digo nada. Trato de dormirme de nuevo, hasta que regrese el haz de luz a mi cara...
He de aprender todavía mucho de él. Y disfrutarlo.
Aún es demasiado pronto para tu marcha, ¿verdad?...
(Imagen: El Hermitaño)
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2 comentarios:
He llegado aquí de casualidad y tu forma de escribir me "ha enganchado".
Ojalá yo pudiera o supiera describir así los pensamientos, percepciones, sentimentos... realmente me ayudaría a entender mejor lo que pasa dentro de mi misma y a mi alrededor.
Espero con ganas la siguiente entrada.
Bienvenida :)
Gracias por tus palabras, me alegra saber que alguien lee esto y le agrada.
Un saludo y gracias de nuevo.
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