En breve empezaré una carrera universitaria; a mis 26 años, casi parecía que mi turno había pasado de largo, pero tras un montón de divagaciones académicas (cursos repetidos, abandonos, regresos, tiempos muertos, etc.) voy por fin a cumplir uno de mis objetivos: aprender Filosofía.
Y digo "aprender" y no "estudiar" porque de eso se trata precisamente: es más, hay que 'aprehender', hacer nuestro aquello que leemos, aquello que nos sugieren los libros y los textos, no con el ánimo de creerlo o de absorberlo sin criba alguna, sino con la intención de adquirirlo, de incorporarlo a nuestro corpus de saberes y conocimientos como otro elemento más, dispuesto a ser criticado o debatido cuando la ocasión lo tercie. Si sólo estudias, ello es imposible, porque la finalidad del estudio es adquirir conocimientos con prontitud, con la rapidez necesaria para tenerlos presentes de cara al exámen, y nada más. Tras las pruebas, los conocimientos adquiridos se evaporan lentamente, gota a gota, y todo lo que queda después son sólo un par de frases hechas y unos pocos datos vacíos, sin sentido. Lo digo porque he tenido esa experiencia, y conmigo coinciden muchos otros.
Mucha gente tiende a seguir una licenciatura con el ánimo puesto en aprobar los exámenes y obtener el título, para poder conseguir un puesto de trabajo que te dé dinero y comodidad. Sé que ser idealista en este mundo no está bien visto, porque el idealismo presupone ilusión (o ingenuidad) y ese entusiasmo es nocivo para nuestra sociedad (cada vez queda menos de todo ello a nuestro alrededor), pero hay que ir un poco más allá, aprender con el ánimo de ser mejores personas, de crecer, y no solamente por el hecho de vanagloriarse de doctorados o excelentes. Esa etapa debe dejar de existir; hay que asesinar al estudio pueril y dotar de vida aquel que nace con el anhelo de hacernos más humanos.
Yo, al menos ahora, no concibo iniciar un periodo de enseñanzas tan extenso como una licenciatura pensando en exámenes, notas y demás estupideces por el estilo; sé que hay que superar esos exámenes (aunque Filosofía sea, quizá, la materia que menos se presta a ellos...), sé que hay una serie de requisitos que cumplir si tienes la idea de ser "licenciado" (en verdad, odio esa expresión...), pero eso es algo que no debe eximir de sacar el verdadero jugo a unos años de aprendizaje tan sensacional como es una carrera universitaria. Hay que sentir el gusto por aprender, por saber aquello desconocido, por abarcar perspectiva y por notar que así mejoras día a día como ser humano.
Así que vale la pena cambiar el enfoque y hacer de tu estudio algo que perviva en tí mismo durante largo tiempo, algo realmente estimulante y que forme parte de tu ser para edificar tu propia humanidad.
Si no, vale, siempre puedes 'estudiar' una carrera.
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