«Alguien preguntó al señor K. si existía un dios. El señor K. respondió: "Te aconsejo que reflexiones si tu comportamiento cambiaría según la respuesta a esa pregunta. De no cambiar, podemos abandonar la pregunta. Si cambia, yo podría al menos ofrecerte alguna ayuda diciéndote que ya te has decidido: tú necesitas un dios"».
Bertolt Brecht, Historias del señor Keuner.
1 comentario:
Sí, realmente la idea de dios germina en aquellas cabezas abonadas para ello.
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