¿Qué puedo decir? ¿Qué palabras emplear? ¿Cómo describirlo?
Naturalmente, es imposible.
No se puede expresar qué se siente al pasar setenta días en nomadismo puro solo contigo mismo. No hay modo alguno de componer un relato fidedigno y genuino de todo cuanto ha acontecido, casi un universo entero de sensaciones y sentimientos.
Y, pese a todo, voy a intentarlo. No sé hacer otra cosa. Saldrá bien o mal, y poco importará.
“La Ruta Errante” es su nombre. Ha nacido hace unos minutos; dadle tiempo para que crezca y tome forma. Quizá haya algo en él que merezca ser conservado, o compartido. Ése es, desde luego, el objetivo; si no, al menos habrá servido para rememorar el gusto de unos días de inenarrable gozo y euforia vital.
Allá vamos…
La Ruta Errante