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30 de agosto de 2005

¿Y si 'Katrina'...?



... hubiese asolado la costa de Senegal, o de Guatemala? ¿Cuántas vidas humanas habrían desaparecido bajo su azote? ¿Tendría la misma resonancia en los medios de comunicación? ¿Habría una tan alta intensidad informativa planetaria ante este desastre? ¿Hubiera sido posible una evacuación tan rápida y efectiva? ¿Por qué no se realizaron estas evacuaciones en los casos de otros desastres naturales, como el 'Mitch'? ¿Falta de previsión, de medios económicos o de interés?

Centroeuropa ha sufrido unas inundaciones impresionantes hace sólo unos pocos días; se informó, sí, pero aunque estoy un poco desconectado de la tv y de los periódicos en estos días, me parece mucho más exagerado el caso actual del 'Katrina'. No es ya cuestión del número de víctimas (muertes son todas igualmente trágicas y reseñables), sino de trascendencia informativa sobre algo que, en el mejor de los casos, no es más que un ciclón tropical (eso sí, de gran magnitud, al menos antes de llegar a tierra). Obviamente, el estudio de este tipo de fenómenos reporta un mejor conocimiento sobre su formación y evolución, y con ello podemos tener más preparación ante sucesos semejantes futuros.



Pero... ¿servirían de algo esos conocimientos en Senegal o Guatemala sin la dedicación y la necesaria dotación económica cuando tuviesen lugar? ¿Qué provecho pueden tener datos científicos para la previsión de desastres naturales si la población o, mejor dicho, los gobiernos que controlan esa población no ponen nada de su parte para evitar las tragedias derivadas de tales desastres?

25 de julio de 2005

Londres vs. Egipto

Egipto sufrió el viernes pasado un atentado terrorista tremendo; murieron 88 personas. No es algo nuevo, ya que este país ha sido el blanco de los inhumanos en varias ocasiones. Lo que me extraña es que apenas se haya hablado de él. O eso, o que del de Londres, que tuvo lugar hará casi tres semanas, se habla demasiado.

No comprendo en absoluto esta distinta manera de informar; recargándonos de información, datos, noticias constantes e investigaciones, además desde el primer minuto, en el caso de Londres, se ha pasado a una cierta indiferencia ante lo ocurrido hace sólo cuatro días. ¿Será porque Londres 'nos coge más cerca'? ¿Porque Egipto, aunque tenga características occidentales y capitalistas, está situada en una zona que tiende más a Oriente? ¿Por eso nos importan menos las víctimas (no a nosotros sino a los medios de comunicación)?. Como la amiga Arbiera señalaba en los comentarios al post sobre lo acontecido el 7 de julio en Londres, los que mueren en guerras también tienen nombres y apellidos, no sólo los que lo hacen en atentados terroristas.

Y ahora resulta que sólo nos enseñan las desgarradoras imágenes de Londres, el caos, la destrucción, y todo lo demás. Y de Egipto, al parecer, nos olvidamos. Mueren seres inocentes aquí cerca y se pasan semanas enteras hablando del tema, como debe ser. Mueren seres inocentes unos kilómetros más allá y lo obvian, o lo mencionan sólo de pasada, como si su desaparición entrañara menos pérdida para la Humanidad.

De verdad, no lo comprendo. Que diferencien a los muertos por guerras o por terrorismo de la forma en que lo hicieron (por ejemplo en el 11-S y el ataque a Afgnanistán) ya es absurdo, incongruente y estúpido, pero que lo hagan también con los asesinados por las manos terroristas ya es el colmo.

¿Será el inconsciente, el poder o la simple torpeza de los periodistas la responsable de tamaña necedad?

29 de mayo de 2005

¿Agua para quién?

Tras una semana de descanso (cuando uno empieza un blog puede llegar a tener cierta dependencia, y escribir algo cada uno o dos días se convierte en una necesidad), hoy reemprendo el camino para comentar un asunto que me corroe; la supuesta necesidad de agua en Valencia.

Claro que hace falta el PHN, es absolutamente indispensable, se anhela su aprobación inmediata y se critica con dureza a quien está en contra. ¿Dónde tienen esos su solidaridad para con el pueblo valenciano? ¿No se dan cuenta de la imperiosa necesidad del PHN para que Valencia (y Murcia y Almeria, no lo olvidemos) puedan seguir creciendo? ¿Van a ser tan tacaños los que controlan el Ebro, si sólo les pedimos una 'insignificante' cantidad?

La cuestión es tremendamente complicada. Agua, hoy y ahora, hay. Agua para uso doméstico hay, agua para campos agrícolas hay, pero cuando esos usos domésticos, agrícolas e industriales son ligeramente exagerados (por ejemplo, cuando consumimos miles de litros al día entre todos en darnos un baño en lugar de una ducha, o cuando nos pasamos media hora con la manguera a toda pastilla limpiando el coche, o cuando se pierden enormes cantidades por tuberías, cañerías y acequias deficientes), hay que poner freno. Agua ha habido y habrá siempre, el problema es el uso que queremos darle, la necesidad de tal uso y la viabilidad de emplear tantos recursos en algo que es superfluo o propio de naciones más pomposas y soberbias. El estilo de vida, hay quien lo afirma, se relaciona con la cantidad de agua empleada. Claro, pero sin un límite, estamos ante una absurda y patética situación; necesitamos más agua para algo que no necesitamos. Paradoja no, realidad.

¿Necesitamos tantas piscinas, tanta agua para jardines, tanto campo de golf y tanta urbanización? Obviamente no, hay otras maneras de conseguir ingresos que arrendando nuestro futuro económico a los ricachones extranjeros y ociosos, que tan pronto desean vivir en nuestras tierras como mudarse a los Pirineos o a la Provenza. Turismo rural, desarrollo sostenible, restauración de nuestra cultura propia, ayudas para mantener y mejorar el patrimonio, etc. Eso es lo necesario, eso es lo que realmente precisa la Comunidad Valenciana, no los botarates de turno abogando por el PHN porque los campos están secos. Claro que están secos, y lo seguirán estando en el futuro; el agua que se traiga será empleada en la agricultura en un porcentaje ridículo. El resto será dedicado al turismo.

Además, hoy en El País leo las protestas de muchos valencianos por el transvase Xúquer/Vinalopó, que habría de aportar agua a las resecas tierras de Alicante. Es decir, protestan porque a ellos les quitan el agua y se trasvasa a sus vecinos del sur. Entonces, ¿no están en su mismo derecho de protesta los que no quieren el PHN? No es una circunstancia análoga, dirán algunos, porque el caudal y las reservas del Ebro no son las del Xúquer. Tampoco estamos hablando de las mismas cantidades, digo yo. Si unos protestan, y es lógico que lo hagan, los otros también. No se trata de que unos sean insolidarios y los otros no. Todos buscan un futuro mejor, no hay discriminación posible. Si tus mismos vecinos no quieren darte agua ¿van a hacerlo los de otra comunidad autónoma?

Todos estos intereses por enmedio, que van mucho más allá de las necesidades reales del líquido de la vida, han de hacernos reflexionar sobre lo que es demagogia pura y dura y lo que Valencia (y todo el litoral mediterráneo, por añadidura) precisa para mantener su desarrollo económico y social. Es claro: NO al PHN, SÍ a un uso racional del agua. Con ello basta.

P.D: si tan escasa es el agua en estas tierras benditas, ¿cómo es que no hacen ni una sola campaña para fomentar su ahorro? Llevo años viendo C-9 y nunca he visto algo parecido (en cambio, sí las ha habido en TV-3, por ejemplo). No es sino otra muestra más de lo que realmente mueve a los que quieren el PHN (los políticos, me refiero). Me dan asco.

29 de abril de 2005

La 'merda' de Canal 9

Como a muchos de los que vivimos en Valencia, el canal televisivo por referencia es Canal 9, pero no lo es por su calidad e interés, sino porque emite (algunos, más bien pocos) programas en valenciano/catalán (me importa un carajo cuál de las dos denominaciones es la correcta).

Nunca me he considerado un nacionalista, un amante de la tierra donde he nacido, ya que, por el contrario, mi presencia en este país es puramente accidental; bien hubiese podido nacer en el Congo o en Groenlandia, sólo ha sido cuestión de azar. Pese a todo, con el tiempo uno empieza a apreciar lo que conoce, aquello que poco a poco va resultándole familiar, y, al final, le coge cariño. Eso me sucede con Valencia; tiene aspectos horribles, pero es una tierra fantástica, escasos son los lugares que se le pueden comparar en la geografía española, al menos según mi humilde opinión.

Pues bien, miro C-9 porque trata de cosas cercanas a mí, a "mi" comunidad, a mi tierra, en definitiva. Pero, al mismo tiempo, aborrezco a más no poder ese canal. ¿Por qué? Por un motivo extraordinariamente sencillo; no emiten nada más que basura, pero no telebasura convencional, no, la basura más apestosa y asquerosa que uno pueda imaginar. Prácticamente, toda la programación de esta cadena es la mayor bazofia que la Humanidad ha defecado alguna vez. Me es imposible no recordar un sólo programa, o magazine, o película, o telediario que responda al calificativo de programa arqueotipado y repleto de la más patética estupidez. Y ello que apenas miro la televisión.

Tenemos, a Dios gracias, el canal Punt-2, en relajante y estimulante antagonismo con C-9. Es exactamente lo opuesto, la otra cara de la primera cadena valenciana. Es en cierto modo lo que sucede con la Primera y La 2, pero a un nivel más superficial porque creo que en ese caso no hay una distinción tan clamorosa. Es como si todos los periodistas borregueros y cretinos, los adormilados de segunda clase, hubiesen sido arrojados a la jaula de C-9 y, en cambio, los de una (ligera) mayor preparación y nivel trabajaran en su canal hermano. De verdad, son como el cielo y la tierra.

Lo peorcito de C-9, para los que lo hayan sufrido, son sus noticiarios. Son, simplemente, inaguantables. Sensacionalistas y amarillistas a más no poder, buscadores incansables del morbo fácil y del muerto en el ataúd, nunca pierden la menor oportunidad a la hora de mostrar las imágenes y noticias más truqulentas, violentas y dramáticas. Parece que no les basta un programa diario dedicado, a lo largo de una terrible hora, a este tipo de sucesos, sino que en las noticias tanto de la sobremesa como nocturnas han de llenar el vacío informativo con este tipo de tragedias domésticas, nacionales o mundiales. Es dificil hacer peor un telediario, os lo aseguro; de entre cien noticias que dan, tal vez tres o cuatro sean útiles, o tengan algún interés. El resto es pura porquería.

Y, además, está la cuestión del presidente de la Generalitat, el buen y buenísimo Francesc Camps. Con su ridículo dominio del valenciano, lleno de errores y faltas claromosas de pronunciación, salta un día sí y otro también a la palestra informativa, siempre en primera línea, rodeado de secuaces con aplausos y risas perpetuas, signos inequívocos de la marcha maravillosamente productiva y perfecta de la Comunidad. Ay, Camps, eres grande, de verdad. Nada haces mal, nunca te equivocas, siempre estás en el momento y lugar adecuados, has hecho de Valencia un lugar fantástico y de ensueño y, además, eres valenciano de pro y hablas como Dios esta lengua divina que, por supuesto, no viene del catalán. Además, te preocupas por potenciar lo autóctono, por llevar agua a nuestros sedientos campos, por construir miles de campos de golf y macrourbanizaciones que van a modernizar la comunidad y darle prosperidad, traerán la Copa América de Vela que es lo más dentro del mundo del deporte, y, para colmo, no hay paro, no hay déficit, no hay inseguridad, no hay robos ni estafas ni siquiera dejas que un palomo cague en la estátua del Tirant lo Blanc. Camps, tío, eres mi ídolo.

Pero ¿de qué van estos? ¿A quién quieren engañar con sus bobadas y estúpidas mentiras, con la clara desinformación sobre los temas verdaderamente cruciales para nuestra tierra y esa parcialidad tan manifiesta y repugnante? ¿Creen de verdad que alguien mínimamente cuerdo e inteligente les va a hacer el menor caso? ¿Qué deben sentir esos pobres periodistas (pobres por infelices y timoratos, no por su escasa cuenta de ahorros) que, cada día, deben estar pronunciando mal lo que no sucede en el mundo, o contar peor lo que sí que sucede? ¿No les corroerá la vergüenza su sangre, no llorarán por las noches al ser conscientes del timo del que están formando parte?

Y, a todo esto y termino, ¿qué pasa con los espectadores, con la gente que ve C-9? ¿Se merecen esto? ¿No hay otras formas de hacer televisión, más digna y humana, con mayor calado y repercusión? Entiendo que a la gente se le debe divertir, pero ¿y no se debe formar, culturizar y humanizar, también? ¿Eso no sirve, no es posible armonizar ambos conceptos? En definitiva, ¿qué cuesta hacer una televisión de sentido común?

Los valencianos, de momento, tenemos como televisión de cabecera a una boñiga cada vez mayor y apestosa. La bola se hace más grande con el paso de los días. Y lo peor es que no se percibe ningún cambio a la vista. Espero que al final no acabe por engullirnos la masa de bosta. Poco falta para ello.

"Ai, València, ens porten a la amargor,
amb C-9 tenim un futur ennegrit.
Vull que açó canvie, que s´acabe la pudor,
pero fan falta vots,
i, sobretot, valor.
Que no s´apropa ja el canvi?
Que no vec el llindar de l´abocador?
Sí, sembla que, allà davant
está la fi de la merdor
"