23 de mayo de 2008

Ante el espejo

"Tantos años he vivido lejos del mundo,
Extraño en este mercado de mujeres y placeres,
Salvaje, descuidado, independiente,
Hermano de los árboles, amigo de los lagos y ríos.
Ahora aprendo a malgastar las tardes
Cuidando el peinado, la corbata, la camisa y la
piel.
A salir en «smoking» y zapato de charol,
Aprendo a pasar junto al botones hacia la música de
baile.
En el espejo veo sonreír mi cara,
Un poco cansada, un poco más gris, más pálida,
Un poco más depravada también y con más arrugas,
En otro tiempo la mirada era clara, la frente
luminosa,
Mejillas y labios más risueños y suaves,
Entonces no necesitaba polvos ni pomada.
¡Ahora viejecito, peínate con primor la raya,
Afeítate bien y ponte la camisa de gala!
Seguramente todo tu esfuerzo será inútil,
Seguirás siendo un extraño en este mundo.
Y un día te reclamarán el bosque,
El arroyo, la lluvia, las estrellas, las montañas,
los lagos,
recorrerás otra vez los viejos caminos,
Podrás caminar de nuevo, vagar, mirar,
Beber hasta el fondo el cáliz de la soledad
morir sin ser visto en el desierto."


Hermann Hesse, Escritos sobre literatura

6 comentarios:

vary dijo...

El tiempo , los años nos transforman, hasta casi desconocernos a nosotros mismos (pero es todo ilusión)

elHermitaño dijo...

Así es, en efecto.

Gracias por el comentario. Un saludo

M. Domínguez Senra dijo...

Los "viejos caminos" parecen reconocernos. A veces, cuando he vuelto a andar lo andado he fingido que nada ha cambiado -como cuando vemos a un conocido que envejeció y nos hace recordar que también nosotros envejecimos (no tú, claro)-, he fingido una serena firmeza que no me asistía. ¿Por qué? Un viejo camino no es cualquier cosa, con él se establece una rara identidad. Y hoy, amigo Hermitaño, no puedo llegar más lejos. Estoy en una curva del camino mirando una panorámica lejana.
Saludos.

elHermitaño dijo...

Llevas mucha razón, amiga.

Pese a tu hermetismo ;), coincido contigo, creo: en un camino habitualmente recorrido uno llega a reflejarse en él, a sentirse parte integral de su forma, estructura y espacio. Pasa el tiempo, cambia el paisaje, y tú con el, y sin embargo, hay una conexión entre ambos que perdura. Una unidad que permite vivir "en él", "ser él".

Sigue mirando, compañera, quizá te veas a tí misma por ese sendero ya recorrido...

Saludos y gracias por tu visita.

M. Domínguez Senra dijo...

Siento el hermetismo, pero hay temas que me duelen o se me resisten y se me hacen opacos.
Por aquí nos veremos.

elHermitaño dijo...

No te disculpes, amiga.

Esta es tu casa, y en ella todo cabe, desde una palabra transparente hasta la más obtrusa, arcana e inasible (que, por cierto, no son las tuyas). Y todas ellas son bien recibidas.

Gracias de nuevo, compañera, por tu comentario.