16 de octubre de 2010

Confía sólo en ellos...



Sólo en quienes te miran a los ojos.

Sólo en quienes te escuchan sin pensar ellos mientras tú hablas (es fácil saberlo, sus ojos ausentes y apagados les delatan).

Sólo en quienes no tratan de conseguir algo para su propio beneficio (también es fácil saberlo, sus ojos brillantes y avariciosos les delatan).

Sólo en quienes te abrazan sin esperar nada a cambio.

Sólo en quienes brindan lo que necesitas y no quieren que les des nada.

Y, sobretodo, sólo en quienes están contigo sin necesidad de palabras, gestos, ni hechos: quienes no precisan llenar la ausencia de sonidos con las primeras, la ausencia de contacto con los segundos, y la ausencia de actividad con los últimos.

Aquellos quienes, sólo con tenerte a su lado, ya lo ofrecen todo, son en quienes merece la pena confiar.

Buscádlos; son el tesoro que sostiene la estructura del mundo, el sentido del universo, y el destino de la Humanidad.

Por ellos, sólo por ellos, ya merece la pena vivir.

(Fotografía: El Hermitaño)

2 comentarios:

Carlos dijo...

Bonita descripción de la amistad. A mi me gusta pensar que un amigo es con quien puedes estar dos horas con él, sin necesidad de decir nada, y sin embargo estáis a gusto.
Por cierto, algunas (si no muchas) de estas características se podrían aplicar a los perros (en relación a sus "dueños" humanos). Curioso, ¿no?
Saludos.

elHermitaño dijo...

Cierto. Los perros podrían encajar mejor: transmiten una confianza a sus dueños que ya quisiéramos poder aplicar a las personas (a casi todas).

La lástima es que, sin personas a nuestro lado en quien confiar, podemos volvernos perros (en el mal sentido). Confiar a ciegas quizá sea un disparate, o una locura, pero quizá no quede más remedio.

El patio no da para mucho más...

Saludos y gracias, Carlos.