23 de septiembre de 2007

Thoreau, el genio

"Este mundo es un lugar de ajetreo. ¡Qué incesante bullicio! Casi todas las noches me despierta el resoplido de la locomotora. Interrumpe mis sueños. No hay domingos. Sería maravilloso ver a la humanidad descansando por una vez. No hay más que trabajo, trabajo, trabajo. No es fácil conseguir un simple cuaderno para escribir ideas; todos están rayados para los dólares y los céntimos. Un irlandés, al verme tomar notas en el campo, dio por sentado que estaba calculando mis ganancias. ¡Si un hombre se cae por la ventana de niño y se queda inválido o si se vuelve loco por temor a los indios, todos lo lamentan principalmente porque eso le incapacita para... trabajar! Yo creo que no hay nada, ni tan siquiera el crimen, más opuesto a la poesía, a la filosofía, a la vida misma, que este incesante trabajar".

Henry Thoreau (1817-1862), La desobediencia civil.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

sapo
como lo de jaspers, idem, de acuierdo,,y además yo pienso que el trabao no dignifica al hombre, ,,la verrdad es que da para largo todo este te,ma, permiteme recomendarte ¨la tijera¨de junger,,toca este y otros temas,,,

elHermitaño dijo...

Pues gracias por la recomendación y por la visita.

Trataré de hacerme con tu sugerencia lo antes posible y, si acaso, la comentaremos por aquí.

Saludos.