20 de diciembre de 2017

Un regreso


A veces las cosas parecen suceder por mero azar; en otras, en cambio, es como si fueran algo inevitable, algo que estaba destinado a ocurrir como si, por ejemplo, un terreno tuviera una propiedad mágica que hiciera germinar las semillas forzosamente, sin necesidad de regarlas ni cuidarlas. A veces todo depende de nosotros; otras, de los demás.

El abandono de este blog, por espacio de casi tres años, obedeció no a un cambio de intereses, sino a una hartura temporal. Ya no había nada que contar; no había motivo para seguir narrando ni explicando nada. Una existencia -la propia- cuya vivencia no encaja(ba) con el espíritu de esta página no merecía ser recogida. ¿Para qué? Sería excederme, forzar, tratar de mantener algo que ya había muerto.

Así que en el blog penetró el silencio, ése del que tanto hemos hablado en estas notas, e hizo enmudecer las palabras. Y lo hizo bien.

Hoy regresamos, empero. ¿Por qué? ¿Hemos vuelto a ser aquel que vivía medio aislado, sin contacto, sin compartir nada, gustosamente extraviado, cuya vida eran libros, gatos y la soledad? No, en absoluto. ¿Entonces?

Porque, en ocasiones, el azar, siempre inesperado (dichoso azar si no lo fuera), golpea y de improviso se abren conductos, puertas, sendas pequeñas cuya espesura no deja ver adónde llevan, pero que son tentadoras. Y encuentras a alguien que te anima a seguirlas, alguien que te dice: "ponte las botas y empieza a caminar". Tú no estás muy seguro (nunca lo estuviste), pero algo hay en su seguridad que te contagia; y ese ánimo se adentra en ti, te conmueve y habla ("hazlo", ordena) de un modo que no puedes ignorar.

Por ello estamos aquí. Por ello regresamos. Trataremos de recuperar, en lo medida de lo posible, lo mejor de los años previos (años que han pasado raudos y que nos han hecho cambiar, pero que creemos aún conservan pequeñas briznas de valor), y le iremos añadiendo todo lo nuevo que sintamos/pensemos/vivamos. Iremos creciendo, mejorando y veremos hacia dónde nos encaminamos...

A todos los que alguna vez por aquí vinieron, gracias. Y a los nuevos, que ojalá los haya, ¡bienvenidos!.


(Imagen: Cielo crepuscular, Gandía, Noviembre 2017; El Hermitaño)

No hay comentarios: