2 de octubre de 2005

Defender la filosofía

En nuestros días la filosofía parece haber perdido un poco su sitio; la ciencia la ha superado en el saber material, y la política ha conseguido poner en práctica lo que la filosofía sólo podía teorizar. Además, hay quienes piensan que hoy en día la filosofía no pinta nada en nuestra vida diaria porque en ella se tratan temas, ideas y cuestiones, o bien ya conocidas y demostradas (o desechadas), o que no tienen ninguna relevancia para la sociedad actual. ¿Alguien recuerda el nombre de algún filósofo español de renombre (no vale el ejemplo de Fernando Savater, más ligado últimamente a la política que a quehaceres puramente reflexivos...)? Seguro que podéis hacerlo con algún científico o político.

Y, sin embargo, la filosofía no está en su decadencia. En absoluto; más bien, todo lo contrario, estamos a las puertas de la aparición de una nueva filosofía, más auténtica, más integradora, capaz de transformar el mundo moderno en que vivimos, que da más pena que gloria, en una nueva frontera de la existencia humana.

De esta futura filosofía hablaré en otra ocasión, pero ahora dejo que sea un tal Giovanni Pico de la Mirandola (sí, nombre curioso), quien diga las últimas palabras, precisamente en defensa de la filosofía, que tanta falta nos hace en la actualidad:

"Pues todo esto que es filosofar (tal es la desgracia de nuestro tiempo) tira más a desprecio e injuria que a honor y gloria. Hasta este grado penetró ya en la mente de casi todos esta nefasta y monstruosa creencia de que en modo alguno hay que filosofar, o sólo por pocos, como si en el explorar hasta lo último y hacerse familiar las causas de las cosas, los usos de la naturaleza, el sentido del Universo, los designios de Dios, los misterios de los cielos y de la Tierra, no hubiera más que el interés de granjearse algún favor o de proporcionarse algún lucro.

Se ha llegado (¡oh dolor!) hasta no tenerse por sabios sino a los que convierten en mercenario el cultivo de la sabiduría [...]. Pues, si toda su vida [la de los filósofos] está puesta en la ganancia o en la ambición, claro es que no abrazan el conocimiento de la verdad por sí misma. No me avergonzaré de alabarme por no haberme puesto a filosofar por otra causa sino por el filosofar mismo, ni esperar o buscar de mis estudios y de mis lucubraciones otras recompensas o fruto que el cultivo del espíritu y el conocimiento de la verdad, siempre y en alto grado deseada [...]. Me enseñó la propia filosofía a depender de mi propio sentir más que de los juicios de los otros y a cuidar, no tanto de no andar en las lenguas maldicientes, cuanto no decir ni hacer yo mismo algo vil."


Palabras del siglo XV, hace casi 600 años. Parecen escritas ayer... .

4 comentarios:

elHermitaño dijo...

No creo, compañero, que la Inquisición fuera un ente sabio. No es lícito ser sabio y obligar a los demás a retractarse de sus ideas o concepciones; algo falla ahí.

Cuando se trata de descubrir la verdad (o, mejor dicho, aproximarnos a ella), es mejor ampliar perspectivas y dar cabida a todo. Luego se eliminan unos u otros caminos si no responden bien a los hechos. Pero eliminar caminos antes de discutir si nos llevan a un feliz destino es poca de locos, más de sabios.

En cualquier caso, estoy de acuerdo contigo en todo lo demás:).

Saludos y bienvenido al mundo bloggero.

Anónimo dijo...

"Me enseñó la propia filosofía a depender de mi propio sentir más que de los juicios de los otros y a cuidar, no tanto de no andar en las lenguas maldicientes, cuanto no decir ni hacer yo mismo algo vil." La Filosofía nos da mucho más, pero "sòlo" por esto ya merece la pena. Si muchos dependieramos del propio sentir ya estariamos en el camino para que no nos tomen el pelo como nos lo están tomando desde todos los entes e instituciones, publicidad, prensa,televisión, y un largo etc.
Un saludo

elHermitaño dijo...

Cierto, chusbg. Qué curioso lo sabias y actuales que parecen estas palabras que tienen más de medio siglo.

Saludos.

elHermitaño dijo...

Quise decir, claro, medio milenio... .