21 de marzo de 2006

Pura primavera

Hoy nace la primavera.

Su idiosincrasia, hacerlo renacer todo, es símbolo de vida y esperanza. Tras rigores invernales y temperaturas bajo cero, tras moquillos y constipados, vuelve la energía, vuelve la luz y el bienestar. Hoy, como si la primavera quisiera dejar constancia de su llegada, hemos tenido de todo: sol, nubes, lluvia, luz, oscuridad, frío, calor, cielos tenebrosos y cielos luminosos. Así es ella, la que renueva lo marchito, la que dota de sentido al ocaso y a la muerte.

Quizá estos tres meses traigan algo que espero con anhelo. Quizá la primavera, aparte de luz, color y sentimiento, también traiga un nuevo futuro para el hermitaño, un futuro de horas tras la máquina de escribir, rodeado de pinos y con la compañía que deseo. Es decir, lo que tanto disfruté en el pasado que vuelva para el futuro. No es pedir demasiado. ¿Verdad?