31 de mayo de 2006

Sociedades verdaderamente humanas

"Nápoles tiene setenta mil habitantes, de los cuales trabajan sólo diez o quince mil, y éstos se debilitan y agotan rápidamente a consecuencia del continuo y permanente esfuerzo. Los restantes se corrompen en la ociosidad, la avaricia, las enfermedades corporales, la lascivia, la usura, etc., y contaminan y pervienten a muchas gentes, manteniéndolas a su servicio en medio de la pobreza y la adulación, y comunicándoles sus propios vicios. Por eso resultan deficientes las funciones públicas y los servicios útiles.
En cambio, como en la Ciudad del Sol las funciones y servicios se distribuyen a todos por igual, ninguno tiene que trabajar más de cuatro horas al día, pudiendo dedicar el resto del tiempo al estudio grato, a la discusión, a la lectura, a la narración, a la escritura, al paseo y a alegres ejercicios mentales y físicos. La comunidad hace hace a todos los hombres ricos y pobres a un tiempo: ricos porque todo lo tienen; pobres porque nada poseen y al mismo tiempo no sirven a las cosas, sino que las cosas les obedecen a ellos."

Tomasso Campanella (1568-1639), La Ciudad del Sol, 1623.