Ya que estos días ando metido en asuntos medioambientales, hoy me voy un poco más lejos e informo, a aquellos que lo desconozcan, que pese a las glorias de la exploración espacial (por ejemplo, lo que comentaba en el anterior post), el ser humano se las ha ingeniado para contaminar también allende la Tierra. Parecería un chiste de mal gusto, si no fuese porque es un hecho muy real.
Pensemos en un sólo dato: en el espacio ha habido 160 explosiones registradas desde hace 45 años. El resultado de estas explosiones (las cuales suceden por muy diversos motivos) es la multiplicación del número de restos que orbitan la Tierra; donde antes sólo existía, por ejemplo, un satélite, ahora hay una multitud de pequeños fragmentos que giran sin parar y, al coger velocidad, pueden causar un verdadero drama si chocan con algún otro instrumento valioso.
¿Alguien se atreve a calcular cuántos objetos observables hay en el espacio cercano a la Tierra? Pues algo así como 26.000. Hay todo tipo de fragmentos, grandes o pequeños, de materiales blandos o duros, y cuyo origen se remonta a la puesta en marcha de satélites, a desprendimientos de elementos de éstos, etc. Además, seguramente hay unos 100 o 150.000 más de un tamaño diminuto (menores que unos pocos centímetros), que al impactar con un satélite`, por ejemplo, pueden dejarlo inutilizado.
La basura espacial
Los satélites que ya no funcionan son generalmente desintegrados en la atmósfera, pero muchos otros se quedan allá arriba, y por colisiones con otros objetos van perdiendo parte de su "cuerpo", de modo que la basura aumenta sin parar. Además, todos los que están involucrados en el programa espacial (de cualquier país, eso es lo de menos, porque es responsabilida de todos, no sólo de EEUU y Rusia) saben de este problema, y diseñan (un ejemplo es la Estación Alfa, que dispone de escudo protector) los instrumentos y satélites para disponerlos en una zona 'limpia' del espacio cercano a la Tierra. ¿Ésa es la solución, largar los satélites hasta la quinta puñeta, o ponerles un escudo para que no sean inutilizados por la basura que tan negligentemente hemos enviado hasta allá? Nadie se ha dedicado en cuerpo y alma a intentar solucionar este desaguisado, y me parece gravísimo.
Tenemos también el ejemplo de otros mundos; la Luna, Venus y Marte han sufrido ya nuestro deseo contaminador, al enviar por ejemplo módulos lunares que se han posado en la superficie y allí se han quedado, para la eternidad, junto con algunos recuerdos un tanto intrascendentes que los astronautas del Apolo depositaron (pelotas de golf (creéroslo...), fotos, etc.). En Venus y Marte hay ya un rosario de distintas naves que, bien por errores bien por decisiones humanas, se han convertido en chatarra sobre esas superficies vírgenes tan interesantes.
Así que volviendo al tema medioambiental, si no sólo hemos transformado la faz de la Tierra, modificandola a nuestro gusto temporal y superficial, sino que además ya estamos haciendo lo mismo con el espacio más allá de nuestros límites terrestres (y ello que apenas hemos iniciado su exploración), e incluso nadie se preocupa por la cuestión y nadie busca soluciones, ¿quién puede confiar en el ser humano? ¿Quién está dispuesto a darle otra oportunidad? ¿No merecemos todos (pero sobretodo aquellos que lo aprueban, aquellos que aceptan los retos y nunca piensan en el después) una buena patada en el culo? De acuerdo, hacemos mal las cosas en la Tierra, pues joder, ¡tengamos un poco de sentido común y no volvamos a meter la pata cuando salimos de ella!... pero no, de nuevo ofrecemos al Cosmos la de arena, nuestra parte más insensible, asquerosa y repudiable.
Hay días que me dan ganas de dar una paliza a la especie humana y, repito, especialmente a los que no mueven un dedo, pudiendo hacerlo, para cambiar las cosas. Ya me gustaría a mí ser quien dispone de los millones de los contribuyentes, buscaría las mentes más privilegiadas para solucionar, al menos, este disparate. Otros las emplearían en otras cosas, yo lo haría en esto: ¿de qué diablos nos sirve mirar hacia arriba y entrar en contacto con el Cosmos si no somos capaces de respetarlo? Lo dicho, merecemos una buena patada en el culo.
3 comentarios:
Cuánta razón tienes y, sin embargo, la mayoría de los humanos terminamos cediendo ante la presión de la inercia colectiva...
Mi lucha continúa por tener un mundo mejor y una humanidad más humana para mi hijo, pero no puedo negar que es difícil enfrentarse a la estupidez de los hombres...
A veces pienso que, de verdad, a las personas no les interesa vivir mejor o darles un mundo más digno a sus seres queridos que no han nacido... Egoísmo le llaman... Yo le llamo ciego egoísmo...
En fin, la lucha sigue todos los días y una sonrisa es mi arma y el buen humor mi escudo...
Saludos cordiales!!!
Pd: yo igual creo que nos merecemos una patada en el culo... ;-)
Sé que es una estupidez, compañero, pero a veces me dan ganas de no traer (vamos, yo no, quien pueda ser mi pareja en en futuro) al mundo un niño. Cierto que sólo con ver su cara feliz y su sonrisa ya vale todo el esfuerzo, pero pienso en lo mal que estamos haciendo las cosas, en las pocas ganas de cambiar de actitud y en la pasividad (y el egoísmo que mencionas) de las nuevas generaciones.
Me da tristeza pensar en todo aquello que podemos hacer bien y solucionar, en la multitud de problemas que tenemos de todos los tipos, y en el escaso interés y medios que ponemos para hacerles frente.
Y ello me hace reflexionar acerca de los beneficios (obvios) de tener un niño, pero también acerca de las dificultades que tendrá, algunas de las cuales serán por nuestra culpa directa. Es como dejarles a ellos la responsabilidad de solucionarlo porque nosotros hemos sido demasiado ignorantes o indiferentes. Y ello no me gusta nada.
Saludos y abrazos.
La respuesta es: ORGANIZACIÓN, hermano... Y los blogs son una buena arma para ello...
Los humanos tenemos la posibilidad de cambiar nuestro entorno... Tenemos la posibilidad de amarnos... Entonces, ¿en qué topamos?
Paz, Fuerza y Alegría... la vida es bella. :-)
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