Bienvenidos todos los que, seguramente por error, vayáis a parar a este humilde blog.
Poco a poco iré publicando algunos comentarios que necesito compartir o, al menos, expresar. No sé si a lo largo de este recorrido por la red habrá alguien que sea tan generoso como para perder su tiempo aquí, pero quien lo haga tendrá, por lo menos, mi aprecio y amistad, ya sean sus opiniones favorables o destructivas.
Recordad que soy un hermitaño, y aunque por naturaleza tienda a alejarme de la gente, de vosotros no lo haré, estad seguros. El adjetivo cósmico se relaciona con mi forma de vida y con mis aficiones, que ya conoceréis (si es que a alguien aparte de mi mísmo ello puede llegar a interesarle, algo francamente dudoso). De cualquier manera, un hermitaño cósmico no es otra cosa que un ser meditabundo, errático, e introspectivo que se dedica a reflexionar sobre las grandes revelaciones de la vida y del mundo, con el aditivo de interesarse también por todo lo que ocurre (o ha ocurrido ya, depende del punto de vista) allá arriba, en el negro terciopelo del espacio estrellado.
Ése soy yo, para bien o para mal. Y, por suerte, ha sido el camino elegido. Otros no han sido tan afortunados.
Nos vemos pronto, compañeros. Sed buenos y vivid lo mejor que podáis.
2 comentarios:
Un poco cursi y rimbombante la descripcion de tu blog, no crees?
XDDDDDDDDD.
Saludos desde la torre de marfil;)
Vaya, marfileño, lo mismo había pensado para el tuyo (:)). Si es que cuando se trata de ser pedantes, nadie nos gana... .
Nos vemos.
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