23 de julio de 2005

No lo sé, adiós.

Desconozco el origen del mundo
el destino del ser
el por qué de un existir
la razón del adiós
y qué significa vivir.

Moriré joven
sabré poco
ignoraré todo
volveré la vista atrás
y mudaré de cuerpo y alma.

Antaño era fácil
despedirse de la vida
acabar acurrucado y seco,
ahora ya no sé donde ir o
cómo voy a partir.

Cortaré el hilo
abandonaré la esencia
me desprenderé de lo sabido
y también de lo aceptado
de modo que me eleve y vague.

Disolviéndome en el aire
testificando contra lo vivo
feneciendo en busca del yo
y matándome de ansias y anhelos
me voy para no volver.

Si me encuentras
allá arriba en los límites,
quizá te muestre el camino
que siguen los que nunca mueren
porque pese a todo son materia cósmica.

Tal vez nos conozcamos
entre jirones de gas
y nubes de vahos místicos,
mis amigas y amantes,
nadie hay como ellas.

No falta mucho para ello,
pronto estaremos juntos
envueltos en telas vaporosas
y para cuando quieran encontrarnos
nos hallaremos más allá del infinito.

Valor, amor y deseo.

22 de julio de 2005

Enjambres cósmicos



¿Alguien tiene insomnio en estas noches veraniegas? La solución es fácil: imaginaos un cúmulo globular como éste, M 22, en la constelación de Sagitario (la misma donde se encuentra M 20, la bella nebulosa anterior a este post). Un cúmulo globular es un aglomerado de estrellas, miles, decenas o centenares de miles de ellas todas apiñadas en torno a un centro de gravedad común, como un enjambre de abejas.

Si el sueño no os llega empezad a contar, ya no ovejas saltando una valla, sino las estrellas que este cúmulo contiene, y os aseguro que antes de diez minutos estaréis roncando como troncos. Si no, al primero que llegue a las 200.000 estrellas (sin trampa...) le regalo un llavero astronómico.

(Claro que me curo en salud puesto que para cuando alcanzéis las 200.000 estrellas ya será de día de nuevo...ja)

P.D.: M 22 es un cúmulo globular muy fácil de ver en verano si miráis hacia el sur; a veces es visible a simple vista, aunque muy débil. Coged un par de prismáticos corrientes y recorred esa zona desde un lugar oscuro. A muchos les falta el aliento cuando miran allí. Para averiguar por qué ya sabéis que hay que hacer.

18 de julio de 2005

M 20 y un lugar llamado Trabanca



M 20, Trífida, NGC 6514... o como queráis llamarle. En estos días de verano resplandece baja en el cielo, mirando hacia el sur y, a medianoche, al oeste. En mi situación geográfica una elevación montañosa me impide verla excepto unos pocos minutos al día, pero recuerdo que por estas fechas, hará justo dos años, me fui a Trabanca, a unos 70 kilómetros al oeste de Salamanca, para asistir a un campo de trabajo; allí el cielo era increíble, extraordinario, alucinante. Nunca jamás había visto tantas estrellas, con la Vía Láctea majestuosa dividiendo en dos el firmamento.

Tuve la oportunidad de enseñar unas cuántas constelaciones a los compañeros del campo de trabajo, y la verdad es que incluso me costaba encontrar las estrellas más brillantes de cada una de ellas, puesto que alrededor había docenas mucho más débiles. Era como si todos los astros del Cosmos se hubiesen puesto de acuerdo para aparecer en el mismo sitio y a la misma hora. Y M 20, esta maravilla nebulosa, era perfectamente visible a simple vista, aunque con una tonalidad grisácea muy alejada de lo que aquí se muestra. Sin embargo, no me importó esa falta de cromatismo; el sólo espectáculo del cielo estrellado fue regalo más que suficiente.

Espero volver pronto por allí, la verdad es que me fascinaron aquellas tierras salmantinas. Trabanca, la reina de las estrellas.

17 de julio de 2005

Viena y las estrellas



Me asombra que con sólo un trípode, una cámara fotográfica, un cielo despejado y unas cuantas horas de paciencia todo el mundo pueda hacer fotos como ésta. No hace falta nada más para conseguirlo. ¿Alguien se anima?

(P.D.: Bueno, en realidad sí que es nececario algo más...¡¡¡Saber dónde apuntar!!!)

15 de julio de 2005

¿Una luna partida en dos?



Eso es lo que me parece que le sucede a esta extraña luna de Saturno, Japeto, que está partida en dos y que alguien ha "pegado" torpemente, para volver a juntar las dos partes; me recuerda también a la planta carvínora de la deliciosa "La tienda de los horrores", de Corman, dispuesta a abrirse en cualquier momento y engullir a algún desprevenido humano.

Japeto es una luna extrañísima, cuya historia es sorpredente y muy interesante. Resulta que tiene en realidad dos caras, o mejor dicho, dos hemisferios, absolutamente antagónicos: uno de ellos es oscuro, como el carbón, y el otro es brillante y luminoso. Es como si en la Tierra Europa y Asia fueran cubiertas con alquitrán y América de hielo puro. Además, su composición también es desigual; ese material oscuro tiene un origen que nadie conoce, mientras que la parte brillante parece tener una naturaleza bastante común.

Y ahora, gracias a las imágenes de la sonda Cassini, nos encontramos con esto, una especie de cresta o coordillera montañosa gigantesca que parte en dos el hemisferio oscuro de Japeto, con una longitud de 1.300 kilómetros y una altura de 20 kilómetros (o dos veces y media la del Everest, ahí es nada para una luna tan pequeña, bastante menor que la Luna). En septiembre de 2007 la Cassini volverá a sobrevolar Japeto, a una distancia mucho menor que la que ha permitido obtener esta imagen, y estoy seguro que volveremos a sorprendernos.

Para los que tengan un poco más de interés en esta luna tan singular, pueden echar un vistazo al artículo que escribí hace un par de años y que se publicó (convenientemente actualizado) hará unos meses en el portal de Astronomía "Espacial.org". Esta es la dirección:

http://www.espacial.org/planetarias/lunas/japeto1.htm

13 de julio de 2005

Ale, a trabajar...

Pues desde ayer estoy trabajando de portero en un bloque de apartamentos en el Grao de Gandía, a 20 metros de la playa, que es justamente propiedad de los padres de otro blogero que patea estos lares internautas. Desde 1998, y ya ha llovido, no había tenido ningún otro empleo (sí... desde hace siete años casi, y eso que apenas tengo 25).

Unos lo entenderán como pereza, holgazanería o pocas ganas de independizarse. Ni mucho menos, aunque comprendo que haya quien piense así: mi vida transcurre por otros senderos... si os dijera lo que me gastado en los últimos ocho meses más de uno me llamaría embustero, pero es verdad; aunque no haya trabajado apenas, no he parado la mano delante de mis progenitores ni dos veces desde el pasado equinoccio de septiembre. Y sólo he comprado unos dvd's y un par de libros desde noviembre del 2004. Así se hace más llevadera la existencia, sin estar tan pendiente de los billetes. Unos necesitan trabajar, porque queman todo lo que ganan (y aún así les falta moneda). Otros, como yo, nos conformamos con cuatro duros, llevamos una vida austera y sin ningún lujo, y mientras, intentamos alcanzar el sueño de un trabajo digno.

Esto último lo comentaba en el blog de Javier Armentia ('Por la boca muere el pez' ver columna de la derecha) con un compañero blogero hará unos días. ¿Preferís a un estudiante (o estudioso) aún no independizado y sin un duro pero consciente de sí mismo, integrado en el Cosmos y crítico con el Mundo o un currante que absorbe todo lo que lee, oye y escucha? O sea, un tío de puta madre vacío de reservas económicas o un botarate con billetes que se le escapan de los bolsillos? Mi interlocutor no me contestó, quizá porque la respuesta era demasiado obvia.

Ahora me tocan dos meses completos de faena, sin ni un sólo día de descanso, pero a mí me da lo mismo. Voy a intentar, dentro de lo posible, disfrutar de cada una de las jornadas de trabajo, y la recompensa final no será el salario que pueda ganar, que para mí es insignificante (no por cuantía, sino por valor real), sino la perspectiva de nuevos meses dedicados al trabajo intelectual, que es el que verdaderamente aprecio y anhelo. Mantengo la esperanza de no terminar volviendo a las fábricas (que pisé en aquel lejano 1998) y, por el contrario, poder encauzar mi vida por el camino de la intelectualidad (aunque sea de pacotilla... qué le vamos a hacer). Las fábricas, los bares y los talleres son sitios dignísimos para todo aquel que sienta el deseo de trabajar allí. Yo necesito otros estímulos.

Y todo puede comenzar con estos dos meses de trabajo sencillo pero continuo y sin pausa, si tengo algo de suerte. Yo pondré todo de mi parte. Sólo necesito una pequeña ayudita de la Providencia (o de mis amigas las estrellas, que también tienen su chispa cuando les apetece...) para conseguirlo.

En fin, que este verano servidor se dedicará, después de tanto tiempo, a la actividad laboral en pos de futuro retos culturales e inefables excursiones por este y otros mundos. A ver que tal sale esta aventura.

9 de julio de 2005

Luces místicas en las alturas



Es una injusticia divina que los que vivimos en estas latitudes no podamos contemplar estas maravillas celestiales. Sólo con estar a la altura de Dinamarca o los países de Escandinavia seríamos testigos de estos excepcionales acontecimientos, pero la Providencia a reservado tales regalos a quienes pasan verdadero frío en invierno. Supongo que es la recompensa por todos los meses de gélido ambiente y temperaturas bajo cero.

Lo que sorprende de una aurora, más allá de su abrumadura belleza, es el hecho de que su aparición en nuestros cielos es debido a una simple cuestión de choque entre partículas. El Sol emite constinuamente al espacio partículas cargadas eléctricamente, básicamente protones, que atraviesan el espacio que media entre la estrella y nuestro mundo. En momentos concretos, cuando el Sol está muy activo, el chorro de partículas es especialmente intenso. Al llegar a la alta atmósfera terrestre chocan con átomos de oxígeno, nitrógeno y algunos otros elementos que por allí arriba circulan y, debido al choque resplandecen con esas sublimes coloraciones, hasta que más tarde la corriente intensa cesa y estos espectáculos fascinantes desaparecen de la vista.

Supongo que habrá quién considerará bastante prosaico explicar el origen de estas visiones por medio de partículas, chorros de protones y choques con elementos químicos. Sé que suena poco romántico, pero así son las cosas, nos guste o no.

Espero no abandonar esta morada terrenal sin haber disfrutado antes de la visión de una aurora; es uno de los fenómenos naturales que no estoy dispuesto a perderme... aunque tenga que ir a Alaska andando.

8 de julio de 2005

Dolor, llanto y espanto

Visto lo de ayer en Londres, me sumo a las muestras de condolencia aparecidas en tantos blogs compañeros por la barbarie terrorista islámica, despiadada e inhumana. Las personas que valoramos la vida, incluso cuando nos encontramos en la más absoluta de las desgracias, somos incapaces de justificar tales acciones que se sitúan por debajo del umbral de la moralidad, de la razón y del sentido común.



Ahora bien, viendo noticiarios, leyendo periódicos, oyendo emisoras... todos vuelven a lo mismo: el terrorismo. Y sí, éste por desgracia existe, pero parece que los únicos que producen dolor y muerte en este escenario dantesco son ellos, los islamistas, los terroristas venidos de afuera, bárbaros y despreciables. Y aquí es donde uno no traga, donde por mucho que nos vengan (que no hace falta, porque es de cajón) con la irracionalidad del terrorismo, el verdadero enemigo del mundo occidental y del sistema capitalista no viene de fuera, sino que lo tenemos bien cerca. De hecho, tanto que lo vemos cada día en la televisión, u oímos su voz en la radio.

El principal enemigo del mundo civilizado es el propio mundo civilizado. ¿Y por qué? Bueno, en primer lugar porque las conexiones entre los países ricos y pobres son tan estrechas que nada hace el primero que no repercuta en el segundo. Un cultivo de café en Colombia, una plantación de especias en Ecuador, una extensión de pasturaje para ganado en Venezuela... todos ello y mucho más tiene como destino no esos mismos países, sino los ricos vecinos del norte. La consecuencia es bien sabida: los ricos son más ricos y los pobres lo son aún más.

Pero esto sucede en Sudamérica, una región que desde hace décadas ha estado desecada de recursos y prosperidad por parte de las agresivas empresas multinaciones europeas y norteamericanas (ahora recuerdo a Repsol en Argentina, cuando tuvieron aquella crisis... primero instalan allí todo un complejo carísimo, destruyen lo que les antoja, explotan a trabajadores, recojen los beneficios y en cuanto hay problemas cierran la paradita y se largan a otro lugar, a continuar por sus 'actividades de mercado'). Y en Sudamérica o no quieren o no tienen los medios para iniciar ofensivas contra los que depaupan sus tierras y sus gentes.

Por el contrario, en Oriente, por ejemplo los casos conocidos de Palestina, Irak, Afganistán y muchos otros, las cosas están mucho peor. Docenas de miles de muertos (en los dos últimos), destrucción total, masacre de familias enteras, futuro absolutamente desesperante, recursos naturales dominados por los invasores... viviendo en tal infierno, sin un céntimo, y viendo como tu país se ha desintegrado por la voluntad de occidente, ¿no es esperable lo ha sucedido en el 11-S, el 11-M y, ahora, en el 7-J (y no olvidemos el atentado de Bali)?



No es justificable en modo alguno ninguno de ellos (aunque sólo hubieran causado daños materiales insignificantes), pero es la única manera que tienen aquellos que ya nada les queda de dirigir su rabia y su impotencia. Y, por supuesto, los dipositarios de toda esa rabia son los países ricos, los artífices de que el mundo de los islamistas esté tan desbocado. En Irak, por ejemplo, hay días que mueren 30 o más personas, casi las mismas que ayer en Londres. En otros lugares hay atentados similares, y todos ellos son analizados de puntillas por los periódicos (las televisiones sólo dedican un par de segundos...).

Lo que vengo a decir con todo eso es la necesidad de un cambio, de una transformación radical de la convivencia y la relación entre los países ricos y los pobres, el norte y el sur. Teniendo en cuenta la desfachatez con que los poderosos tratan a los que poco tienen imponiendo su ley, eliminando sus libertades, abusando del control, etc., aún me resulta sorprendente que no haya más atentados, que no busquen venganza con mayor ahínco, que no deseen destruir y matar más. De modo que si queremos que lo sucedido ayer no se repita jamás debemos iniciar el camino de la comprensión, de la solidaridad y del respeto para con los pueblos del sur y de oriente, a los que hemos estado maltratando como verdaderos salvajes desde tiempos inmemoriables. Somos nosotros, los ricachos y presuntuosos occidentales, los verdaderos salvajes, matamos y destruimos mucho más y mucho mejor. La diferencia estriba en que empleamos armas más refinadas y elegantes que nuestros propios cuerpos para alcanzar nuestros objetivos.

Lo siento por Londres, por las famílias de allí y por la gente honrada y sabia. Pero esto, y no hay nada en el mundo que desee menos, no ha hecho más que empezar.

6 de julio de 2005

Baile de anillos en un mundo lejano


Baile de anillos Posted by Picasa

Saturno ha sido, desde siempre, mi perdición. Puedo pasarme horas enteras viendo una imagen como ésta del planeta, contemplando la belleza inigualable de sus colonias de anillos, la perfecta armonía entre ellos, todos en su sitio, por toda la eternidad. Al telescopio me sucede exactamente lo mismo: mirar a ese disco amarillento rodeado de la extraña y sugerente forma oblonga de los anillos me llena de excitación. A veces, cuando la atmósfera se serena y deja de temblar, la imagen adquiere una plasticidad, un relieve maravilloso, y casi produce el efecto de estar en una nave espacial yendo hacia Saturno.

En verano es mala época para ver los planetas (la atmósfera casi siempre está muy turbia, es mejor en invierno), pero al menos nos podemos consolarnos mirando las extraordinarias fotografías que la sonda Cassini está enviando a la Tierra, mientras dura su periplo explotario alrededor del mundo de los anillos. Ésta es una de las imágenes que ha conseguido obtener.

Viendo cosas así, me quedo sin palabras... .

5 de julio de 2005

No quiero creerlo

Hoy quizá debería hablar de la sonda Deep-Impact, dada mi naturaleza de oteador astronómico, pero ya tendré tiempo más adelante, si acaso, de comentarlo. Como resulta que leyendo el domingo las páginas color sepia, algo bastante infrecuente porque suelo aburrirme con sólo mirar los titulares, me encontré con una noticia sorprendente (o mejor dicho, con una notícia fea y terriblemente dolorosa), me decanto por comentarla antes que su homóloga cósmica.

En lás páginas de economía del 'El País' del día 3 de julio, pude leer que la empresa Zeltia, y más concretamente su filial biotecnológica 'Pharma Mar', dedicada en cuerpo y alma a conseguir medicamentos (de origen marino) anticancerígenos, no había sido capaz aún de vender en el mercado ninguno de ellos, y que el principio activo de su producto estrella, el Yondelis, estaba en propiedad de una universidad de Estados Unidos.

Lo que me sorprendió (no por serme desconocido, sino quizá porque estaba en un estado especialmente sensible) fue toda la maquinaria bursátil que se mueve en torno a los medicamentos, y en especial con este caso. No entiendo tanto de Economía como quisiera, pero me pregunto qué moral tendrán estas empresas farmacéuticas: intentar sacar al mercado un medicamento que sea rentable y haga elevar la cotización de las acciones, que dé beneficios y que sirva para mejorar la imagen de la compañía. ¿Eso es todo? ¿Eso es lo que les mueve, investigar para adquirir poder, riqueza y consolidación empresarial? ¿Y qué hay de las personas que sufren, las que supuestamente son la base de todo esta historia pero que, en realidad, al parecer sólo sirven de cebo, de cobaya y de excusa?



Me da miedo pensar que las grandes multinacionales farmacéuticas valoren más los índices bursátiles que la salud de la Humanidad, que tengan más en cuenta los altibajos de sus inversiones y la rentabilidad de las acciones gracias a la "fama" o a la buena imagen de tal o cual producto. Debería estar prohibido, por ley, que empresas relacionadas tan directamente con la salud pudieran entrar en Bolsa, y no por otro motivo que el de intentar separar dos conceptos, salud y dinero, tan antagónicos en realidad pero tremendamente conectados en nuestra sociedad actual. ¿Cómo puedo confiar en una empresa farmacéutica que cotiza en bolsa y cuyos beneficios se obtienen directamente del número de medicamentos lanzados al mercado y de las patentes que sus laboratios obtienen?

Este mundo de las finanzas y la salud es escalofriante: si saco un medicamento, gano dinero; si no, me quedo sin un duro. Algunas empresas tienen incluso que cerrar ante la perspectiva de no hacer frente a la bancarrota en la Bolsa. Es decir, dan prioridad al aspecto económico antes que al aspecto humano, anteponen los intereses de la Bolsa a los intereses de la salud pública, les estimula mucho más los beneficios de un medicamento que las vidas que pueda salvar.

Cuando las cosas alcanzan un nivel tan demencial, tan bárbaro y alejado del sentido común, siento una pena enorme por la desfachatez de las empresas farmacéuticas, por su mezquinidad y avaricia infinitas, y por la sensación de que esto se nos está yendo de las manos. Tiemblo al pensar en las gentes que van al armario, abren la caja de medicamentos y se lo tragan sin pensar en nada más, en todo lo que está más allá de la pastillita, en toda la mierda burocrática y empresarial que tiene detrás.


 Posted by Picasa

Por eso, cuando leo también la polémica con el famoso Bio-Bac, medicamento inocuo y absolutamente desprovisto de intereses bursátiles (más allá de los cuatro euros que cuesta... una ganga en comparación con los carísimos tratamientos de quimioterapia y similares), no puedo por menos que enfurecerme. Persiguen y meten entre rejas a quienes aportan al consumidor un producto que, aunque tal vez no sea científicamente efectivo, sí lo es al menos para sus consumidores desde su óptica personal. Y a aquellos que juegan a las finanzas entre montones de dinero, quienes trafican verdaderamente con la salud de las personas enfermas y aquellos que salen en los periódicos mostrando el último producto de sus investigaciones orientadas únicamente al mercado bursátil, a todos estos se les alaba y reconoce su labor en pro de la Humanidad.

Así las cosas, a uno le gustaría poder hacer estallar toda la sociedad occidental y hacerla desaparecer para siempre de la faz de la tierra. Hay límites que, una vez superados, nos hacen perder la perspectiva de lo ético, lo racional y lo humano. Me parece que quienes están tras esta gran falacia ya lo han superado. Los negocios son una cosa, la salud de las personas, otra muy distinta.

Bueno, corto ya que me enrollo hasta la galaxia de Andrómeda... :).

2 de julio de 2005

La morada del hermitaño



Gracias a los mapas por satélite del Google (una novedad que os recomiendo utilizar, es verdaderamente asombrosa...), he obtenido esta sugerente imagen de mi morada terrenal, entre las montañas y el mar. Vista así, desde las alturas, aún me parece más bonita y, por ende, más triste, visto lo mal que estamos haciendo aquí las cosas para mantenerla como es.

Parece que lo que ahora se lleva es construir, no conservar, y el futuro se presenta cada vez más transformante, más cambiante y mutante. No sé qué será de mi morada actual dentro de unos años. No sé en qué se convertirá cuando me salga barriga y me quede calvo (espero que ambas cosas no sucedan... por Dios!), pero es que en los días actuales los fantasmas de la especulación están haciendo su agosto y nadie parece querer pararles los pies... con lo fácil que debe ser.

Si "la Comarca" (como decían aquellos inolvidables 'hobbits') deja de ser como es tendré otra prueba más de la enorme e insaciable capacidad del hombre (y de la mujer en menor grado) por hacer, de algo paradisíaco y maravilloso, un estercolero de cemento, ruido, mogollón y aburrimiento. Ya he visto muchos sitios así, manipulados grotescamente por la mano humana, y la verdad es que son angustiantes. Espero que ello no le suceda, al menos, a este trozo de tierra perdida entre la inmensidad del mundo azul llamado planeta Tierra.

(http://maps.google.com/maps)

1 de julio de 2005

Agua... aquí y allá

Sumidos como estamos en este crudo verano, seco y angustioso, los gobernantes se afanan a meterse presión entre ellos antes de que empiecen sus vacaciones. Entonces les importará una mierda lo que le suceda al país, pero hasta ese momento intentarán marcar al electorado con un posible golpe de efecto que deje buen sabor de boca.

El Consejo de Ministros ha aprobado hoy transvasar la nada despreciable cantidad de 82 hectómetros cúbicos desde el Tajo hasta el Segura para paliar los efectos de la sequía (presente e hipotéticamente futura) en esa zona (sobretodo Murcia). Días antes, el gobierno de Castilla la Mancha hacía públicas argumentaciones gráficas (o sea, unas cuántas fotos) en las que, al parecer, demostraba que en Murcia había una enorme cantidad de balsas de riego, llenas a rebosar en su mayoría, y que en conjunto significaban 200 hectómetros cúbicos de agua. Murcia responde que esas balsas son empleadas para modernizar los regadíos y el riego por goteo de la zona. Y aquí viene el meollo: Castilla la Mancha acusa a Murcia de mentir sobre el estado de sus reservas, y Murcia acusa a Castilla la Mancha de falta de solidaridad; es decir, la misma verborrea asquerosa y pueril de siempre, obviamente amplificada por la rivalidad entre ambas comunidades (Castilla la Mancha-PSOE y Murcia-PP).

Y esto es lo que da ganas de vomitar: que el problema del agua no sea un problema de todos, al que tengamos que hacer frente común, sino que unos y otros se metan en una discusión sin sentido y estéril simplemente porque son de bandos políticos opuestos. Este tema debe estar por encima de todo ello. Murcia debería pensar en fomentar menos campos de golf y urbanizaciones (y cuando digo Murcia amplío a toda la cuenca mediterránea) e intentar orientar el turismo hacia otras alternativas, y Castilla la Mancha debería ser más abierto y no creer que está en posesión del agua, porque el día que le falten hortalizas y frutas le pedirá solidaridad a Murcia para que se las sirva.

Más allá de esta disparatada y vacía contienda, está lo que importa: el agua. Ese líquido elemento del que ya he hablado en esta morada en más de una ocasión, y sobre el que seguiré disertando en el futuro, porque él es quien mueve todo. Lo que no soporto son las falsas y sectarias afirmaciones de 'ese' partido (al menos en Valencia) en el que, al parecer, todo el agua que falta va a ser destinada al riego, a la agricultura, a la producción de alimentos. Eso no me lo trago, porque al partido de marras (también lo haría el otro, estoy casi seguro) la agricultura le importa un bledo, lo ha demostrado sobradamente en el tema de las naranjas y de las subvenciones. Así que no me vengan con campos secos y árboles frutales inertes porque lo que a ellos les mueve es utilizar el agua, esa simple y preciosa molécula, en usos mucho más lucrativos, absurdos y turísticos. De pruebas y evidencias al respecto las hay por todas partes a nuestro alrededor. Quien dude de ello que lea periódicos: no puede ser más obvio.

Y termino con una nota astronómica (no podría ser de otra manera...): en el Cosmos el agua es un bien escaso; mucho más que en la Tierra. De hecho, en todo nuestro Sistema Solar no hay ni un sólo sitio (y eso que tenemos a nuestro lado 8 planetas y más de 120 lunas, por ejemplo) donde podamos encontrarla en estado líquido. Y más allá, en la lejanía espacial allende los límites de la influencia solar, resulta harto complicado hallar agua en grandes cantidades, excepto en nubes moleculares y regiones galácticas muy concretas.

Es decir, que al final resultará que la lucha por el agua puede sobrepasar las fronteras de nuestro pequeño mundo y, el día de mañana, ser motivo de guerras interestelares... . Quién sabe.

http://www.elmundo.es/elmundo/2005/07/01/ciencia/1120204904.html
http://www.elmundo.es/elmundo/2005/07/01/ciencia/1120225474.html