27 de abril de 2006

Dinero y trabajo, presa y esclavo

El dinero es el 'valor' general de todas las cosas, constituído en sí mismo. Ha despojado, por lo tanto, de su valor peculiar al mundo entero, tanto al mundo de los hombres como al de la naturaleza. El dinero es la esencia del trabajo y de la esencia del hombre, enajenada de éste, y esta esencia extraña le domina y es adorada por él.

Karl Marx, 'La cuestión judía'.

Retrospectivamente, cabría decir que hay poco en común entre las diversas filosofías asociadas al nombre de Marx. Sin embargo, los tres aspectos mencionados -la filosofía del hombre, la teoría de la historia y la concepción del valor- pueden considerarse, de hecho, como intentos separados de articular una misma intuición. Estudiamos un sólo tema fundamental al ocuparnos de la naturaleza del hombre, del movimiento de la historia o de la estructura de los valores económicos. No se trata de la conciencia, sino de aquello que la crea y determina; es algo material, puesto que su esencia consiste en la transformación de la naturaleza; es también algo social en la medida en que tiene lugar en el seno de las relaciones entre los hombres. Al considerar que se trataba del "trabajo", Marx devolvía al corazón de la filosofía política el concepto que explica, no ya la condición del soberano, eclesiástico, jurista o propietario, sino la del hombre común cuya actividad sostiene la 'superestructura' de la que aquéllos se nutren. El trabajo es la esencia humana y la fuerza motriz de la historia; es el trabajo el que aparece en las formas ficticias del valor de mercado, y es el trabajo lo que puede ser alienado o restituido, lo que determina la felicidad y la desdicha de la humanidad.

Roger Scruton, 'Historia de la filosofía moderna'

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